La búsqueda de aplicaciones que reflejen a la perfección la identidad de marca de una organización en todos los puntos de contacto digitales es tan crítica como compleja. Estas aplicaciones perfectas no sólo exigen coherencia estética, sino también fiabilidad funcional en todos los dispositivos.
Sin embargo, el camino hacia la creación de estas experiencias perfectas está plagado de retos, desde la base de un diseño de experiencia del usuario convincente hasta la adaptación de la aplicación a diversas plataformas y navegadores, pasando por la necesidad de contar con una amplia reserva de recursos cualificados, algo cada vez más desalentador en un mercado laboral competitivo.
Estas plataformas son reconocidas por su capacidad para democratizar la producción de aplicaciones, permitiendo a los equipos crear aplicaciones escalables, mantenibles y seguras con la máxima adherencia a los estándares corporativos, pero no olvidemos el aspecto visual de sus aplicaciones. Todas las empresas quieren crear aplicaciones que los usuarios finales quieran utilizar y ahí es donde entran los requisitos de interfaz de usuario.
De hecho, algunas plataformas pueden limitar al desarrollador a la hora de construir la parte front-end de una aplicación.
Algunas plataformas Enterprise pueden construir aplicaciones pixel-perfect, lo que significa que puedes producir el diseño exacto de tu Figma, por ejemplo. No hay limitaciones en la complejidad general de la interfaz de usuario de sus aplicaciones y ese es uno de los mayores valores añadidos de las plataformas empresariales de bajo código.
